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15 de noviembre de 2014

APUÑALADO POR UNA DEUDA

    APUÑALADO POR UNA DEUDA DE 20 EUROS

Agentes de la Policía Nacional han detenido en menos de 24 horas al presunto autor de apuñalar a un menor de 17 años en Fuenlabrada por una deuda de 20 euros, según ha informado este viernes la Jefatura Superior de Policía de Madrid, que ha detallado que se trata de David S.F., español de 31 años y residente en la misma localidad.
El joven de 17 años de edad se encuentra herido grave después de haber recibido dos puñaladas, una en la cabeza y otra en el abdomen, en la Avenida de la Tolerancia 3, en la localidad de Fuenlabrada, según han informado a Europa Press fuentes de Emergencias Madrid.
El joven ha sido estabilizado por el equipo del SUMMA en el lugar del suceso --poco después de la medianoche del miércoles-- y ha sido trasladado al hospital de Fuenlabrada con pronóstico grave. La Policía Nacional se encarga de la investigación.

MUERTE DE LAS ESTRELLAS DE MAR

 ¿CUAL ES LA CAUSA DE MUERTE DE LAS ESTRELLAS 

DE MAR?

Hace aproximadamente un año, una gran cantidad de estrellas de mar empezaron a deshacerse en las orillas del Estrecho de Howe, de la Columbia Británica en Canadá, masacradas por una enfermedad misteriosa descrita como “síndrome que deshace a las estrellas de mar”. El síndrome ha diezmado colonias de estrellas de mar desde la Columbia Británica hasta California.

Lo que está ocurriendo con las estrellas de mar tiene mucho más interés que el meramente académico, ya que estas tienen un papel importante en el ecosistema. Si esta enfermedad misteriosa sigue campeando sin freno contra las estrellas de mar, bastantes de sus poblaciones pueden sufrir reducciones enormes.

El biólogo marino Chris Harley, de la Universidad de la Columbia Británica en Canadá, está estudiando este inquietante fenómeno y ha hecho declaraciones públicas en las cuales aventura sus posibles causas.

Los síntomas de esta enigmática enfermedad son espantosos. Primero, las estrellas de mar se hinchan y pierden sus brazos, después acaban muriendo y empiezan a descomponerse de inmediato. Se encuentran trozos de brazos de estrellas de mar que se han desprendido y se han arrastrado solos un poco más, hasta quedarse sin fuerzas fuerzas. En condiciones normales, las estrellas de mar tienen una buena capacidad de regeneración. Algunas pueden regenerar no solo un brazo cortado sino que incluso de ese brazo cortado acaba creciendo un individuo completo. Esta capacidad de regeneración nada puede hacer contra la enfermedad.

Cuando las estrellas de mar afectadas por el extraño mal comienzan a mostrar síntomas, mueren en el plazo de uno o dos días.

En cuanto a qué está causando esta enfermedad, los científicos no están seguros. Se sabe que las estrellas de mar son vulnerables a epidemias de ciertas dolencias infecciosas, pero no hay precedentes conocidos de algo parecido, con esta magnitud, en las costas canadienses. Varios grupos de investigación están trabajando en un intento de esclarecer el siniestro enigma, y la mejor suposición es que se trata de un virus. Pero aún no hay ninguna conclusión firme; habrá que seguir investigando.

FÓSILES DE BEBÉS HUMANOS

 RESTOS DE BEBÉS PROCEDENTES DEL FINAL DE LA 

ERA GLACIAL

Una investigación demuestra que los restos mortales de dos bebés que fueron sepultados en un ritual fúnebre hace más de 11.000 años en un punto de Alaska, y que fueron encontrados el año pasado dentro de lo que constituye un importante yacimiento arqueológico, representan los restos mortales de seres humanos de más corta edad de finales del Pleistoceno encontrados hasta ahora en América.

El yacimiento y sus objetos proporcionan nueva y reveladora informacion sobre las prácticas funerarias y otros aspectos que raramente se conservan de las costumbres de las personas que habitaron el área miles de años atrás.

El equipo de Ben Potter, hizo el descubrimiento en el otoño de 2013, en una excavación en un yacimiento arqueológico, cerca del río Tanana en Alaska central. Los investigadores trabajaron en estrecha colaboración con las organizaciones tribales nativas locales y regionales durante todo el proyecto.

Los restos humanos y las ofrendas fúnebres asociadas, así como las inferencias sobre la época del año en que murieron y fueron enterrados los niños, podrían llevar a un nuevo e inesperado conocimiento sobre cómo estaban estructuradas las sociedades primitivas, las presiones ambientales a las que se enfrentaban mientras trataban de sobrevivir, y cómo veían la muerte y la importancia de los rituales asociados a ella.

Potter realizó el nuevo hallazgo en el mismo sitio de una excavación de 2010, durante la cual se sacaron a la luz los restos incinerados de otro niño, en este caso de 3 años de edad. Los huesos de los dos bebés se encontraron en una fosa situada directamente debajo de una chimenea doméstica, justo en el mismo punto del terreno donde se hallaron los restos de 2010, concretamente unos 40 centímetros (15 pulgadas) por debajo de estos.

En su conjunto, estos enterramientos y la incineración reflejan comportamientos complejos y bastante diferentes relacionados con la muerte entre los primeros habitantes de Norteamérica.
 Las fechas estimadas por radiocarbono de los restos recién descubiertos son idénticas a aquellas del hallazgo anterior: Hace unos 11.500 años. Ello sugiere un corto período entre el enterramiento y la incineración, quizá una única estación.

También se encontraron ofrendas fúnebres sin precedentes dentro de las tumbas. Incluían piezas de flechas decoradas con líneas abstractas grabadas. La presencia de estos objetos podría reflejar la importancia de los aparejos de caza en una ceremonia de enterramiento y para toda la población.

Los investigadores examinaron también restos dentales y óseos en general para determinar la edad y el sexo más probables de los bebés en el momento de la muerte: Uno sobrevivió durante unas pocas semanas tras el nacimiento, mientras que el otro murió en el útero. La presencia de tres muertes aparentemente tan cercanas en el tiempo y en el espacio, dentro de un único grupo de cazadores recolectores de gran movilidad, podría indicar una escasez de recursos, como por ejemplo de alimentos, entre aquellos americanos primitivos.

Estos hallazgos son valiosos para la ciencia porque hay pocas evidencias directas sobre la organización social y las prácticas mortuorias de las culturas humanas primitivas que no poseían lenguajes escritos.

Los objetos, incluyendo las puntas de proyectiles y restos de plantas y animales, podrían también ayudar a construir un retrato más completo de las sociedades humanas más antiguas y sobre cómo estaban estructuradas y sobrevivían en aquella durísima época de fines de la Era Glacial en Alaska.

La presencia de tumbas correspondientes a dos enterramientos (el de los bebés sepultados directamente y el del niño cuyos restos mortales fueron incinerados) dentro de la misma vivienda podría indicar asimismo una ocupación residencial del lugar durante un plazo de tiempo mayor de lo que cabría esperar.

Los restos de pescado parecido al salmón y de ardillas de tierra en la fosa fúnebre indican que el lugar estaba probablemente ocupado por cazadores-recolectores entre junio y agosto.

Las muertes ocurrieron durante el verano, un período durante el cual la abundancia de recursos en la región y la diversidad de los mismos eran altas, y por ello la presión nutricional debía ser baja. Esto sugiere que aquellas gentes estaban sometidas a niveles comunes de mortalidad más altos de lo que cabría esperar.

CONTROL DE GENES

    CONTROL DE GENES CON ONDAS CEREBRALES


En lo que constituye otro avance científico que convierte en realidad una parcela de la ciencia-ficción, un equipo franco-suizo de científicos ha conseguido desarrollar un novedoso método de regulación de genes que permite a través de ondas cerebrales de tipos específicos, controlar la expresión de genes para generar proteínas. Por primera vez, se ha logrado aprovechar las ondas cerebrales humanas, transferirlas inalámbricamente a un dispositivo que a su vez actúa sobre una red de genes, y de este modo regular la expresión de un gen dependiendo del tipo de estado mental.

La motivación para desarrollar un sistema de tales características, que a priori podría parecer un tanto extravagante, es ayudar a mitigar los efectos de ciertas enfermedades neurológicas. Un implante basado en esta tecnología podría en el futuro ayudar a combatir dolencias como los dolores crónicos de cabeza o de espalda, e incluso la epilepsia. El sistema detectaría el patrón de ondas asociado al inicio de episodios de esos tipos, y entonces generaría y controlaría, mediante la expresión de los genes apropiados, los agentes idóneos para mitigar o contrarrestar la perturbación en el entorno cerebral del implante y solo mientras fuese necesario.

En su versión primitiva de laboratorio, el sistema se vale de un casco de electroencefalografía. Las ondas cerebrales registradas son analizadas y trasmitidas inalámbricamente vía Bluetooth a un controlador, que a su vez regula a un generador que produce un campo electromagnético, suministrando una corriente de inducción a un implante. Una luz aparece entonces en él: una lámpara LED integrada que emite luz en el rango del infrarrojo cercano se activa e ilumina una cámara de cultivo que contiene células genéticamente modificadas. Cuando la luz en el infrarrojo cercano ilumina las células, estas empiezan a expresar la proteína deseada.